Revista Espiga

33-48

Authors: Iván González Cordero

La reflexión sobre el tema de la víctima escapó al quehacer de los criminólogos hasta fechas relativamente recientes, del mismo modo en que se la relegó dentro del diseño de los procesos penales de corte inquisitivo. Hoy, ella constituye uno de los ejes centrales de la política criminal y es muchas veces en su nombre que se promueven reformas legales sustantivas que tienen como consecuencia una nueva fase expansionista del Derecho Penal, a través de la creación de nuevos tipos delictivos y el incremento desproporcionado de las penas. Este resultado negativo, cuyos pregonados efectos en la disminución de delitos carecen de respaldo científico, involucra el sacrificio de principios fundamentales del Derecho Penal en un Estado democrático y deja de lado la posibilidad de instituir políticas sociales de naturaleza extrapenal, que cumplan funciones de prevención de ciertas formas de delincuencia y de asistencia a las potenciales víctimas o a las que ya sufrieron el delito. El impacto del tema de la víctima en el quehacer legislativo, a través de distintos discursos como el de la inseguridad ciudadana, se relaciona también con el desarrollo de políticas supranacionales para combatir ciertos delitos y las tendencias a la globalización, que requiere estructuras compatibles, incluso en el plano penal, para el fomento y tutela de intereses privados y la disminución del Estado social.

73-96

Authors: Saúl Araya Matarrita

El presente artículo atiende dos tareas: la primera se pregunta la consideración sobre qué tan independiente es el Ministerio Público al formular su política de persecución penal, tomando en cuenta su entorno orgánico-‑político-­sistemático; la segunda es una pincelada sobre lo que sucede cuando el Ministerio Público asume una política pro-secutoria en el seno de nuestra realidad nacional: qué lo influencia, qué lo determina, qué lo caracteriza. Para responder a la primera pregunta se abordan los límites de definición de esa política prosecutoria: el normativo, el interpretativo, el administrativo, el de coordinación y el que implican los grupos de presión. Para responder a la segunda pregunta se hace referencia a lo que Hassemer ha llamado Derecho penal “eficaz”, que caracteriza definitivamente la política de persecución penal que hoy día le conocemos al Ministerio Público de muchos países, influencia de la que el nuestro no escapa. Entre ellas se destaca el ilusionismo penal, la metodología casuística para abordar el fenómeno delictivo, la falta de sistemática y coherencia en las acciones, el ocurrencismo, la orientación de la acción criminológica hacia las consecuencias del delito y no hacia sus causas, la búsqueda de una eficacia que impresione a los grupos que conforman ese entorno orgánico-­político-­sistemático, entre otros. Asimismo se propone un “de previo a diseñar una política de persecución penal”, donde se hacen varias recomendaciones importantes sobre qué debe tenerse en cuenta al realizar ese diseño para, finalmente, advertir sobre las tentaciones de diseñar políticas prosecutorias que tiendan a la “eficacia”pero irrespeten los derechos fundamentales, como respuesta ante la crisis del sistema.

123-140

Authors: Carlos Rojas Osorio

En este ensayo, con base en las obras : La era del vacío y El crepúsculo del deber, se analiza el papel de la educación y de la ética en una sociedad posmoderna. Analiza la vaciedad de esta sociedad, la pérdida de valores y el endiosamiento de la publicidad. Más allá del bien y del mal, la sociedad vive la era del posmoralismo. Al final el autor critica algunas posiciones de Lipovetsky, como el humanismo individualista, la cuestión de la verdad devaluada, el ocaso de la moral ilustrada y la educación sometida a los medios y a las fuerzas del mercado.